miércoles, 30 de noviembre de 2016

Vino Rosado en la Argentina: la propuesta de Familia Gascón

El enfoque de Darío Le Bihan


  Las épocas de calor, a menudo modifican nuestros hábitos alimenticios y no es distinto con la bebida. Llegando los días más cálidos, buscamos vinos más livianos y distendidos, con menos estructura y más frutados. Es entonces, cuando aparecen las opciones de los blancos y los rosados. Y es en éste último donde nos detendremos.

    Los rosados han tenido un sostenido crecimiento en los últimos años. De 2005 a 2015, el consumo de vinos rosados pasó de 5 millones a 10 millones de litros, lo que implicó un crecimiento del 100% en una década.

  A la hora de buscar respuestas del por qué se consume más vino rosado en la Argentina, encontramos dos hechos: la influencia de la información que recibe el consumidor por parte del profesional y la desmitificación del dicho de que los rosados casi siempre son dulces y de mala calidad.

    Los vinos rosados se obtienen de variedades de uvas con hollejo tinto y pulpa blanca. La vendimia es estrujada de forma suave y el mosto se deja macerar en frío y en contacto con los hollejos por un corto período de tiempo (10-18 horas) con el fin de que adquieran su coloración característica. Una vez transcurrido este período, el mosto coloreado es separado de los hollejos mediante sangrado (sin ejercer presión alguna), continuando el resto de la vinificación como si de un vino blanco joven se tratase.



    La Bodega Escorihuela es la más antigua de la ciudad de Mendoza. Fue fundada en 1884 en Godoy Cruz. Y cuenta con un Rosé de la línea Familia Gascón con dos varietales singulares: uno es el clásico Malbec y el otro es el singular Sangiovese.

   En Italia, la sangiovese es la variedad de uva tinta más plantada. Su nombre deriva del latín Sanguis Jovis que significa la sangre de Júpiter, en honor al dios romano al que le rendían culto.

   Los vinos jóvenes de sangiovese tienen aromas a fresas frescas y un sabor un poco picante. Aunque no son tan arómaticos, suelen tener sabores a cerezas rojas agrias, aromas terrosos y notas de hojas de té. Los vinos de sangiovese tienen un nivel medio-alto de taninos y una alta acidez.



    Este el blend de Rosé logra un color rosa coral, con delicados aromas a frutos rojos, provenientes de las uvas Malbec y Sangiovese que lo componen. En boca es sensual, equilibrado, con taninos suaves y maduros y con una delicada acidez que le aporta frescura.

    La alta acidez del sangiovese y su nivel de alcohol moderado lo hacen un buen acompañante de platos italianos con salsa de tomate, como la pizza y la pasta.



    Otro buen maridaje está en asociar este tipo de vinos al famoso asado nacional. Un rosado seco va a las mil maravillas con una simple carne a la parrilla.

    Así, cada vez más consumidores entienden la versatilidad de los rosados y se animan a probar los coloridos vinos que adornan nuestra mesa y paladar.

Felipe Staiti: "La música y el vino poseen el mismo sentimiento de compartir"

"El vino siempre estuvo 
presente en la mesa familiar"


    Felipe Staiti es un ícono del rock nacional, guitarrista mendocino de la clásica banda "Los Enanitos Verdes" y un apasionado del vino, a quien describió como 'su compañero fiel'. Staiti lleva una amistad de años con el reconocido enólogo Marcelo Pelleriti, con quien gestionó la producción de su propio vino: "un día se acercó Marcelo y me dijo que siendo un referente del rock en Mendoza tenía que tener un vino", confesó el músico en díalogo con Más Vinos Que Nunca de Radio Continental Córdoba 103.5 FM.

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LA FRASE:

"Los nombres de los vinos me salieron automáticamente, debido a las canciones
 de mi vida artística."

Por Fabricio Villarreal
@FabriVillarreal

jueves, 17 de noviembre de 2016

El concepto de Bodega Caligiore: conmover a quien contempla el arte de sus vinos

         El enfoque de Darío Le Bihan


 En los últimos años escuchamos hablar mucho acerca de la Biodinamia, y claro está, el vino no podía escapar a ella. El vino biodinámico está dentro de los llamados “vinos ecológicos” junto con los orgánicos, pero su metodología de elaboración es mucho más compleja que la de estos últimos. A la hora de hablar sobre el vino biodinámico hay que tener en cuenta que no solo es un tipo de vino sino también una filosofía de vida en la que se conjuga la ciencia, el trabajo y la auto sustentabilidad natural en una plena conexión entre la tierra y el espacio.



   Se rige con el principio de Rudolf Steiner, padre de la biodinamia, donde expresa que todo lo que viene de la tierra tiene que volver a ella después del proceso de producción, por lo que todo compuesto que se utiliza en su elaboración es obtenido de la naturaleza sin intervención de procesos industriales. Es así como se utilizan preparados vegetales y minerales como aditivos de fertilización y el uso de un calendario astronómico que rige las épocas de siembra, cura y cosecha de la uva.

  "La vitivinicultura orgánica ayuda a preservar las características de los viñedos antiguos de Mendoza. De allí se desprenden varios puntos, pero la clave es la sustentabilidad del medio ambiente. Por la preservación de la fertilidad de los suelos, el agua y la calidad del aire a través de los equilibrios naturales y la biodiversidad, las plantas están nutridas y tienen un ecosistema saludable", dice el enólogo Gustavo Caligiore acerca de la sustentabilidad que procuran sus plantaciones vitivinícolas. De hecho, algunas de las vides usadas por Caligiore superan los 75 años, por lo tanto, el énfasis en la longevidad está en la lista de prioridades. Los vinos de Caligiore se consideran profundos y con alto nivel de concentración. 



   Así, interpretando la esencia de la tierra mendocina, desde la cuna más tradicional de los grandes vinos argentinos, nació la idea fundamental de este proyecto, crear la primera línea de vinos ecológicos Premium de Argentina, elaborados y certificados de acuerdo a estándares internacionales de producción orgánica y brindar así al consumidor la alternativa de disfrutar vinos de alta calidad, sensorialmente complejos, dónde se resalte el potencial del terruño; elaborados de manera diferente, particular, respetando siempre la naturaleza. 

   Bodega Caligiore elabora la Línea 4 Vacas Gordas y Caligiore en el que encontramos Bonarda, Syrah y Malbec. Es en éste último en el que vamos a detenernos. La producción de la bodega es 30000 botellas de ésta cepa y tiene origen en un viñedo que data del año 1930 a una altitud de 900 msnm, en suelos Franco arcillosos, pobres en materia orgánica, muy bien drenados y subsuelo con canto rodado. Es un vino joven que pasó 8 meses en tanques de acero inoxidable y 3 en botella.

Fiel a la cepa es de profundo color púrpura con tonos violeta. En nariz se presenta agradable en combinación con frutos negros y violetas con delicadas notas balsámicas y tostados lo que aporta gran complejidad dando marco a la tipicidad del varietal. Una entrada dulce en boca, con taninos maduros le otorgan textura y profundidad, tiene acidez firme hace que lo hace un vino fresco y vivaz con un largo final. Ideal para acompañar carnes rojas, pastas y quesos maduros.

   Cada vino es una creación que conjuga el trabajo del hombre y el alma de la tierra para expresar la esencia de ambos y, casi como una obra de arte, conmover a quien la contempla. Este es el concepto que encierran los vinos Caligiore.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Una lectura sobre la 21º edición del Salón del Vino Alta Gama

El enfoque de Darío Le Bihan


    En la misma época, y desde hace 21 años, se lleva a cabo el Salón del Vino de Alta Gama en Córdoba. Con el imponente marco de la Capilla neogótica del Paseo del Buen Pastor, que fuera restaurada en 2007 para rescatar su planta en cruz griega, se recibieron a los más de mil visitantes que durante dos días se dieron cita en el lugar.

   El Salón del Vino de Alta Gama, pretende mostrar afamadas Bodegas con sus más preciados y distinguidos logros. Así, en un recorrido que nos transportara a finales de la Edad Media dónde Arte gótico tuviera su esplendor, pude apreciar y degustar los productos de las Bodegas, que se contaban por docenas.



  Destacados Sommeliers de la ciudad dieron cuenta de los atributos de lo que incansablemente sirvieron durante las cuatro horas que duró cada jornada.

     En mi camino encontré un Shiraz 2013 de la Bodega Pyros, San Juan, con recuerdos de frutas rojas frescas y mermeladas, con una delicada complejidad, y estructura con taninos dulces, sedosos y con final elegante y persistente.

    Nieto Senetiner me permitió encontrarme con un afamado Don Nicanor Blend 2010. Vino de perfil definido e intenso, de color rojo profundo. Con aromas que se combinaban con las delicadas notas a vainilla, que luego de un paso por decanter, encontraban su máxima expresión.


   Pasos adelante, un clásico Malbec  Killka de Bodega Salentein refleja la típica fruta de malbec, ciruelas frescas y moras, amable, redondo y de largo final.

   A ésta altura de la noche, entre  los cuatro murales que se erigen en la capilla, y en un caminar displicente, Casa Boher me presentó un Cabernet Franc limpio y brillante. Gran intensidad y lágrimas bien definidas.

   Quesos y fiambres  pretendían armonizar la experiencia y cortar la sensación con la que el alcohol  embebía nuestros paladares.  Entonces, un Linda Flor, blend de Malbec y Syrah, puso la presencia justa para el maridaje  con la sal de los bocadillos. 


  "Un buen vino necesita crianza, parte del tiempo en barrica y parte en botella para que logre su desarrollo", dice Carmelo Patti, un Autor que elabora pequeños lotes para exportación, quien puso en mesa el clásico Cabernet Sauvignon 2007 muy estimado por paladares entendidos. Potente y de excelente estructura. Luego se le sucedíeron un Sapo de Otro Pozo, y un premiado Renacer Malbec 2013.

 

    Pero el Sushi pedía un espumante para cerrar la noche, y se lució un ejemplar importado por Bodegas Renacer. Prosecco Brut Zardetto, un vino espumoso italiano de alta gama. Que con flores blancas, damascos y hierbas creaban una nariz sumamente atractiva. En boca las notas cítricas, flor de naranja y burbujas delicadas proponían un final muy amable. Un sitio mágico en el que el arte y la iluminación entregaban el contexto que sólo, los más afamados vinos y los amigos, podían completar.