miércoles, 17 de mayo de 2017

Gran Impaciente: Un vino que quiere ser grande en un mundo de malbecs parecidos

El enfoque de Darío Le Bihan


    Un garabato es un dibujo de cualquier cosa que se hace mientras la atención está ocupada en otra cosa o estamos aburridos. Y es que hay momentos en que el aburrimiento es fuente de inspiración para grandes emprendimientos y se hace necesaria herramienta para el desarrollo de la imaginación, aunque presta oportunidad para el ocio y la sensación del paso del tiempo se ralentiza en días interminables que alimentan la saciedad necesaria del proyecto concluido, de los objetivos alcanzados y el advenimiento de los logros cosechados. Pero quien labra la tierra sabe que la impaciencia no es un buen aliado y que en cambio, la expectativa aumenta la esperanza de los frutos por brotar. En esa cíclica espera, el garabato es la expresión de que el tiempo se debe suceder paso a paso y que sólo lo que plasma en un papel es el eterno transcurrir de los días.

    Matias y Eugenio Battilana son los hermanos dueños del Proyecto Impaciente que da su puntada inicial en el 2007. Extranjeros provenientes de Rosario, una de las ciudades más importantes de la Argentina, desembarcaron en el afamado Valle de Uco Mendocino, donde se encuentra su finca “Viña del Plata” ubicada en Agua Amarga (Tunuyán) y de donde nace la uva que da origen al Gran Impaciente Malbec. Viña que se encuentra bendecida por un micro clima ideal para la maduración y gran expresión de sus uvas al pie de la imponente Cordillera de la Andes. Gran Impaciente se manifiesta en dos versiones. En su expresión tinta es 100% Malbec, single vineyard con 12 meses de paso en barricas de roble americano de primero y segundo uso , y una estiba de 14 meses en bodega que permite su equilibrio antes de salir a la venta. Entendido así por su Enólogo Alejandro Cánovas, quien cuenta con una vasta experiencia en la materia a nivel local e internacional. El Malbec 2014 ve el mercado con una pequeña partida de 4500 botellas, hecho que sugiere la atención que se le otorga a éste vino.



    En vista encontramos un color con marcada tonalidad rojiza con hebras violáceas, vibrante y de gran brillo. Malbec con aromas a fruta maduras, ciruelas, frutillas, toques florales, tonos de pimientas, también tiene algo de vainilla caramelizada. El primer sorbo es como partir un grano de coriandro y sentir un leve picor envolviendo la lengua y adecuando los sentidos para que en su segunda entrada se muestre amable, con taninos presentes pero redondeados y de leve astringencia. Su acidez está bien equilibrada permitiendo que sus frutas maduras y especies sean bien percibidas. Un gran y largo final cuenta que la lucha con la madera no la perdió y que mantuvo su tinte fresco ganando volumen y notas alicoradas de chocolate. Con el correr de las horas, se complejizó aún más y sumó tonos de café. Un vino que quiere ser grande en un mundo de malbecs parecidos. Cuando el momento no llega y el impaciente garabatea con la birome, se abre un espacio en el tiempo para que el disfrute tome su lugar.

domingo, 7 de mayo de 2017

Robeda Malbec Reserva: un ejemplo de equilibrio y redondez

El enfoque de Darío Le Bihan


  La madre tierra es para los pueblos indígenas, algo sagrado. Ella les da la vida y es parte fundamental de su cosmovisión, por lo que la respetan y veneran. Han heredado de sus abuelos una convivencia armoniosa con la naturaleza, lejos de pretender someterla como si fueran sus dueños. La tierra es raíz y fuente de su cultura, a la cual tienen que acudir diariamente para regenerarse. Ella contiene su memoria, acoge a sus antepasados y requiere, por lo tanto, que la honren y le devuelvan con ternura y respeto los bienes que les brinda.

    Esta visión también fue la que recibió Andrea Bagliani por parte de sus abuelos en el Alto Valle del Rio Negro, donde se encuentra emplazada la Bodega Robeda y trabaja desde hace algunos años los viñedos de cara a la producción de vinos de alta calidad. General Roca es una ciudad pujante que posee su punto de partida en la brutal Campaña del Desierto en la que el Presidente Julio A. Roca toma por la fuerza las tierras pertenecientes a los aborígenes quienes llamaban a este lugar “Tisque Menuco”, cuya traducción es agua donde el que entra se hunde. Después la zona fue habitada por grupos de inmigrantes, alemanes y franceses que se establecieron en zonas aledañas al Fuerte. Rio Negro posee una economía muy dinámica donde se destacan los viñedos, cultivos de manzanas, peras y otros frutales y hortalizas. La vid es un cultivo importante para la región, donde hay más de 3000 hectáreas implantadas con viñas.


    Con éste marco y con viñedos de más de 40 años, en Robeda elaboran un Malbec Reserva con una crianza del 100% del vino en barricas de roble francés y americano durante 14 meses. Los suelos de procesos de erosión fluvial y eólica dieron origen a los sedimentos y limos que constituyen el manto sobre el que descansa el valle. Esto da una particularidad al terroir que se expresa en el color rojo oscuro con tonos violáceos de su Malbec Reserva. Entrega garbo y elegancia en nariz, se destacan los aromas a ciruelas negras y regaliz con su aroma dulce y fuerte a la vez. Es especiado y complejo, con suaves pinceladas de vainilla y chocolate debido a su prolongado paso por las barricas.

   Es en boca donde podemos entender el equilibrio y la redondez que un viñedo que se perfila a su adultez, puede entregar. Es concentrado, con taninos maduros y de gran estructura. ”Para nosotros estas botellas no sólo contienen un vino elaborado con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación; sino que también hay en él parte de nuestras vidas, de nuestros recuerdos y ante todo, un gran sueño de jóvenes que tienen fe en nuestra tierra" dice Andrea. Robeda es una bodega de amantes de la tierra y valores ancestrales que forjaron el alma sus emprendedores y que gratamente podemos apreciar en sus productos.