lunes, 23 de octubre de 2017

El firmamento en una botella

El enfoque de Darío Le Bihan
 
 
 
 
 
     ¡Venid pronto, estoy bebiendo las estrellas!, gritó el cantinero de la abadía Don Perignon  haciendo alusión a las accidentales burbujas obtenidas en sus vinos.
     Desde aquella historia hasta nuestros días, éstas bebidas han ido cosechando cada vez más adeptos por su frescura, ductilidad y elegancia.
     En los últimos años hemos visto que es un vino que puede beberse en cualquier ocasión, incluso a cualquier hora, por ser el más versátil de todos. Es muy buen acompañante de las más diversas comidas con las que produce un excelente maridaje.
     Por la baja temperatura de servicio, la acidez y las burbujas se obtiene una sensación de frescura muy agradable que pocas personas se atreven a ignorar.
    
     La presencia de burbujas en él, se consigue tras provocar una segunda fermentación a un Vino Base, de muy buena acidez y baja graduación alcohólica.
     Las “estrellas” del conocido monje se obtienen por diversos métodos. Uno no muy difundido es el Método Chaussepied. Sistema que consiste en llevar a cabo la segunda fermentación del espumoso en depósitos de unos 3.000 litros.
 
 

 
     Hom Sparkling data sus comienzos con el devenir del  año 2002 por la necesidad del Winemaker Diego Menéndez  de incursionar en la pasión del vino, eligiendo el desarrollo de espumosos a fin de poder diferenciarse en un mercado un tanto superpoblado. A partir de esto, decide delinear un producto de alma artesanal, carácter individual y sello propio.
      Con uvas provenientes de la  zona Alta del Río Mendoza, así como los celosos detalles de su elaboración, nace HOM. Un proyecto enfocado en la elaboración de vinos espumosos.
 
     Hom Brut Rosé es un espumoso elaborado de uvas Pinot Noir y Chardonnay utilizando el método de segunda fermentación Chaussepied y con una obtención de hasta 14 gramos de azúcar por botella. 
     Es un sparkling con fuerte presencia de espuma y un logro persistente del encolumnado de sus burbujas en copa. Las cuales junto a la espuma se producen al mismo tiempo coronando la copa de un modo muy sutil.
     Engalana la botella vistiendo tonos de naranjas y de mieles. Sus perlas elevan aromas de frutillas y suaves cerezas, con presencias de manzana verde, cítricos y hierbas silvestres.
      Un sorbo muestra una gran paleta de sabores y una imponente sensación de frescura. Las frutas se repiten en boca acompañadas de una acidez bien equilibrada, donde con leve dulzor se llena de suaves y cremosas burbujas el paladar que se regocija con el néctar de la bebida dejando a su paso una estela de gratos recuerdos.
     Se abre el tiempo de los espumosos y será necesario que contemos con variedades como ésta que nos llamen la atención y nos permitan adentrarnos a un mundo colmado de estrellas como las del evento fortuito que las vio nacer.
 
 
Por Darío Le Bihan
     Sommelier
 

 

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