El enfoque de Darío Le Bihan
¡Venid pronto, estoy bebiendo las
estrellas!, gritó el
cantinero de la abadía Don Perignon haciendo alusión a las accidentales burbujas
obtenidas en sus vinos.
Desde aquella historia hasta nuestros días,
éstas bebidas han ido cosechando cada vez más adeptos por su frescura,
ductilidad y elegancia.
En los últimos años hemos visto que es un
vino que puede beberse en cualquier ocasión, incluso a cualquier hora, por ser
el más versátil de todos. Es muy buen acompañante de las más diversas comidas
con las que produce un excelente maridaje.
Por la baja temperatura de servicio, la
acidez y las burbujas se obtiene una sensación de frescura muy agradable que
pocas personas se atreven a ignorar.
La presencia de burbujas en él, se
consigue tras provocar una segunda fermentación a un Vino Base, de muy buena
acidez y baja graduación alcohólica.
Las “estrellas” del conocido monje se
obtienen por diversos métodos. Uno no muy difundido es el Método Chaussepied. Sistema que
consiste en llevar a cabo la segunda fermentación del espumoso en depósitos de
unos 3.000 litros.
Hom Sparkling data sus comienzos con el
devenir del año 2002 por la necesidad del
Winemaker Diego Menéndez de incursionar
en la pasión del vino, eligiendo el desarrollo de espumosos a fin de poder
diferenciarse en un mercado un tanto superpoblado. A partir de esto, decide
delinear un producto de alma artesanal, carácter individual y sello propio.
Con uvas provenientes de la zona
Alta del Río Mendoza, así como los celosos detalles de su elaboración,
nace HOM. Un proyecto enfocado en la elaboración de vinos espumosos.
Hom Brut Rosé es un espumoso elaborado de
uvas Pinot Noir y Chardonnay utilizando el método de segunda fermentación Chaussepied
y con una obtención de hasta 14 gramos de azúcar por botella.
Es un sparkling con fuerte presencia de
espuma y un logro persistente del encolumnado de sus burbujas en copa. Las
cuales junto a la espuma se producen al mismo tiempo coronando la copa de un
modo muy sutil.
Engalana la botella vistiendo tonos de
naranjas y de mieles. Sus perlas elevan aromas de frutillas y suaves cerezas,
con presencias de manzana verde, cítricos y hierbas silvestres.
Un
sorbo muestra una gran paleta de sabores y una imponente sensación de frescura.
Las frutas se repiten en boca acompañadas de una acidez bien equilibrada, donde
con leve dulzor se llena de suaves y cremosas burbujas el paladar que se
regocija con el néctar de la bebida dejando a su paso una estela de gratos
recuerdos.
Se abre el tiempo de los espumosos y será
necesario que contemos con variedades como ésta que nos llamen la atención y
nos permitan adentrarnos a un mundo colmado de estrellas como las del evento
fortuito que las vio nacer.
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