domingo, 9 de julio de 2017

Mairena Bonarda: cinco elementos principales

El enfoque de Darío Le Bihan

  Hablar de los terruños es casi una habitualidad, pero a la hora de pensar la construcción de un vino es necesario hacerlo desde él. El suelo es el alma del vino y como tal, es su origen de modo indiscutido. El análisis de los componentes de los mismos y sus características, dejan al descubierto el carácter que tomarán las uvas y lo que entregarán luego en botella.

     La vid necesita de un suelo pobre, suelto y con buen drenaje. Es una planta que debe luchar por su supervivencia, esforzarse (en una justa medida) y trabajar por conseguir agua. De no ser de éste modo, devendría en un exceso de vigor, con uvas muy grandes y sus compuestos internos diluidos, resultando vinos aguachentos y sosos. El suelo debe tener un justo equilibrio entre salinidad y acidez. La demasía de cualquiera de ambas no sería tolerada por la planta.

     Los suelos que se encuentran ubicados en la zona Alta de Ugarteche en el departamento de Luján de Cuyo, con una altitud promedio de 1000 m.s.n.m., en Mendoza Argentina, son arenosos extremos y con un microclima de características especiales por la gran amplitud térmica, buenas temperaturas promedios para la maduración, bajas precipitaciones e importantes pendientes que favorecen la insolación y hacen de esas tierras un excelente lugar para el cultivo de la vid.

    Un suelo arenoso puede entregar vinos brillantes, aromáticos y fáciles de beber. Son suelos más calientes que permiten una adelantada maduración, obteniéndose cosechas de calidad más regular.

Con bases sentadas desde los ‘80, la Familia Blanco viene involucrándose en la costumbre inmemorable de obtener de la tierra lo mejor, y es a partir del 2005 que dan inicio a la Bodega que permitió el anhelo de llevar a la botella todo el esfuerzo puesto en el viñedo. Dotaron de nombre y rostro a su producción, y con ello dieron vida a Mairena.


    Mairena Bonarda Sandy Soil Selection 2014 es el resultado de una selección de las mejores parcelas de viñedos de 45 años de edad en condiciones de cultivo poco favorables por la gruesa granulometría de los suelos arenosos y pedregosos. Estas condiciones permiten el logro de un vino muy elegante de gran cuerpo, una concentración notable y frutada. Es un Bonarda con colores violáceos y de reflejos rojizos. Muy aromático y con un gran perfil balsámico donde los frutos rojos y negros maduros son un complemento muy sutil. Aparecen suaves notas de tomillo y romero, aceitunas negras y un tono mentolado que aporta una persistente frescura.

    Se desliza en el paladar con buen cuerpo y equilibrio. Es expresivo. Muestra taninos redondos en su cuerpo, algo dulzones. Tiene un final largo que nos lleva al recuerdo de un vino muy auténtico. Es un Bonarda de pura cepa que acompañó la madera del roble francés al 50 % de su volumen durante 6 meses, donde los enólogos Rodolfo Minuzzi y Gabriel L. Blanco supieron marcar su impronta. El suelo es un elemento compuesto por la conjunción de al menos, cinco elementos principales: Roca Madre, Clima, Relieve, Seres Vivos y Tiempo. Y el Mairena Bonarda 2014 Sandy Soil Selection ha sabido combinarlos de un modo único.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario