viernes, 29 de septiembre de 2017

Se lanza el primer Gin del mundo de Malbec

Destilado en pequeños alambiques de cobre de última generación, llega el primer Gin del mundo que incorpora Malbec en su formulación.


 
     Creado por el primer Master Distiller argentino Rolando Hilbing, su innovadora propuesta busca crear una identidad única e irrepetible, donde los botánicos que lo conforman se combinan siguiendo una antigua receta familiar que proviene del año 1870.

     La prestigiosa casa productora Hilbing Franke Distillery, radicada en la provincia de Mendoza y autora de los Gin Hilbing así como de otras exitosas formulaciones, acaba de lanzar el primer Gin del mundo cuyo botánico principal es el Malbec. Se trata de un gin estilo London Dry, en el cuál se han incorporado uvas pasas de Malbec junto con diversos botánicos, propios de esta sofisticada bebida.
 

El primer Master Distiller de Argentina


     Como en todas las grandes bebidas espirituosas del mundo, en su elaboración se destaca el expertise de su Master Distiller, quien es el guía y guardián de la calidad, elegancia y carácter que busca transmitirse en cada creación. Rolando Hilbing es pionero en la Argentina en desempeñar este rol para su destilería, en la cual conserva y da vida a las antiguas recetas familiares que los acompañan desde los comienzos.

     Mentor de Aniapa, Rolando, Ingeniero Agrónomo y Enólogo, se desempeñó como profesor de enología en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), realizando su segundo Master en la Universidad de Geisenheim Alemania, donde se especializó en el arte de la destilación.
     Y también se destaca el expertise de su hijo Walter Hilbing, Ingeniero en Electrónica y Electricidad, Técnico Agrícola y poseedor de una Maestría en Administración.
Hilbing London Dry Gin — Técnica de elaboración
     Destilado en pequeños alambiques de cobre de última generación, sus botánicos han sido cuidadosamente seleccionados por su calidad y particularidad aromática logrando un exquisito perfume.
     El enebro proviene de Juniperus silvestres de la Patagonia Argentina recolectados a mano y se distinguen por su frescura e intensidad aromática.
     El coriandro es la semilla del cilantro el cual es sembrado y cosechado en la región pampeana y le otorga características cítricas.
     Uvas pasas Malbec que proviene de los mejores viñedos de la primera zona de Mendoza, donde esta cepa encontró su mejor expresión a nivel mundial, le entrega la elegancia y suavidad típica de este varietal.
     Pétalos de rosas silvestres que crecen a las orillas de los ríos del piedemonte Mendocino aportan una fragancia delicada y dulce.
Flores de tilo de longevos arboles, cosechado del jardín de la casa paterna de los Hilbing, resalta por su aroma único, y sofisticado.

     Mendoza, enmarcada por la imponente cordillera de Los Andes, le brinda agua de máxima pureza proveniente del deshielo de los glaciares.
Precio sugerido: AR$ 380 (botella de 750 ml)


     Los orígenes


     Hilbing Franke Distillery es una empresa familiar dedicada a la elaboración de bebidas alcohólicas desde el año 2000, localizada en la localidad de Mayor Drummond, Luján de Cuyo, Mendoza, el mismo terroir de donde provienen algunos de los vinos más importantes de la Argentina. Se especializa en la elaboración de espirituosas, entre ellas grappa o aguardiente de orujo de uvas varietales, brandy, triple sec y gin. Posee una capacidad productiva de 400.000 botellas de espirituosas al año, destinadas al mercado interno y externo.

     Hilbing Franke Distillery abierta al turismo
La destilería tiene abiertas sus instalaciones al turismo, para que las personas que visitan la ciudad de Mendoza vivan la experiencia de sumergirse en el increíble mundo de la elaboración de las bebidas espirituosas. Y tendrán la oportunidad de ser atendidos por sus propios dueños “Los Hilbing”, los que los deleitarán con su historia y les harán degustar el Hilbing Gin, las mejores grapas del mundo y deliciosos cócteles.
 
 
Fuente: miladov.com



martes, 26 de septiembre de 2017

Una mina se transforma en cava a 4000 metros

La Quebrada de Humahuaca es hoy el epicentro de los vinos más extremos de Argentina. ¿Quiénes son los principales productores?

    
 
      Envalentonados por la confianza en sí mismo de Claudio Zucchino, el más extravagante de los bodegueros quebradeños, subimos un puñado de botellas hasta la cava de Mina Moya, un socavón cavado en la piedra y luego abandonado, a casi 4000 metros de altura. Con temperatura y humedad estables, es el lugar ideal para la estiba de vinos. Todo un símbolo para los vinos más altos del mundo.
 
     Las bodegas de Quebrada de Humahuaca entendieron que para hacer vinos de altura necesitan optimismo y una cuota de locura pero además, cristalizar una épica. Vencer las heladas traicioneras y otros retos de la naturaleza es sólo el principio. Por eso pensaron en un evento fundacional para la historia del vino jujeño. Una experiencia diseñada para inicar la leyenda.
 
     Éramos unas 80 personas en lenta procesión bajo el sol cercano de agosto. Los vinos que llevábamos como un tesoro nacieron en el viñedo más alto del mundo, montado sobre terrazas precolombinas a 3319 metros de altura. Desde la Hostería Viñas de Uquía  ascendimos trabajosamente en camionetas 4×4, zigzagueando por los estrechos caminos de la mina.
     En paralelo, media docena de llamas cargaban en sus lomos las botellas del vino que Zucchino bautizó Uraqui. La ceremonia conmovió a los lugareños más curtidos. Incluyó músicos copleros, rituales de agradecimiento a la Pachamama, funcionarios provinciales, reconocidos enólogos de Salta y Mendoza, médicos atentos a potenciales apunados, los bodegueros de la zona y los infaltables periodistas llegados desde Buenos Aires.
 
     El objetivo: instalar a Jujuy en el mapa vitivinícola argentino.
 
    
     Uvas únicas
    
     Hoy la provincia tiene apenas 22 hectáreas de vid y cuatro bodegas con sus productos etiquetados en el mercado. Son unos 20 productores divididos en dos zonas: los Valles Templados (VT), ubicados en torno a los 1200 metros de altura en los alrededores la capital San Salvador; y los de la Quebrada de Humahuaca (Q de H), entre los 2200 y los 3200 metros.
 


 
     Bodegas Dupont en la finca Maimará y Viñas del Perchel, los dos pioneros, no suman más de doce cosechas. La altura es inclemente, las heladas no dan tregua, y como todo es muy reciente, muchos aún sufren los dolores del parto. Se plantan pequeñas parcelas de distintas cepas, no por curiosidad ni por excentricidad, sino por supervivencia, para descubrir lo que funciona. Los métodos orgánicos, muchos de ellos heredados de la cultura incaica, no se usan para hacer marketing, sino para evitar calamidades.
 
     Pero esta hostilidad por parte del ambiente tiene la ventaja de promover la solidaridad entre los bodegueros. En la Quebrada se vive un reconfortante clima de comunidad. Todos ellos, congregados en la jovencísima Asociación de Bodegas de Quebrada de Humahuaca, cruzan consejos, comparten reuniones y trabajan junto a las autoridades provinciales para promover la industria. El interlocutor natural es Ezequiel Bellone, un joven ingeniero agrónomo jujeño que asesora a varias de las bodegas locales y recientemente fue elegido presidente del Consejo Consultivo Vitivinícola de Jujuy.
 
     “El clima de la Quebrada exige métodos alternativos –dice Bellone–. Además de las heladas y amplitudes térmicas que llegan a ser de 20 grados, la altura nos expone a una radiación solar excepcional. Los racimos están muy cerca del sol y son menos las capas de atmósfera que filtran sus rayos. Por eso nuestras uvas tienen cáscaras gruesas y pigmentos fuertes, reaccionan sintetizando más color. Los principales varietales implantados en la Quebrada son sobre todo Malbec, y luego Syrah, Cabernet Franc, Merlot y Sauvignon Blanc”.
 
     Bellone identifica tres zonas vitivinícolas. “La primera, desde Tumbaya hasta Purmamarca, recibe los vientos calientes del norte, allí se adapta bien la bonarda y es el único lugar donde tenemos viñedos ya productivos de torrontés”.
 
 
     Otros productores de Humahuaca
    
     De Purmamarca hasta El Angosto del Perchel se distingue una segunda zona. “Aquí tenemos emprendimientos como el de Fernando Dupont que fue el primero en Jujuy, hace 15 años. Hoy los cortes de Dupont llevan principalmente Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Otro viñedo en esta zona es el de Huichaira, con 2 años de implantación, todavía sin vino en el mercado pero con un potencial muy grande”.
 
     Por último, desde El Angosto del Perchel hasta Uquía, en el departamento de Humahuaca. “Es una zona más estrecha, con pocos períodos libres de heladas. Aquí el Cabernet Sauvignon, por ejemplo, no alcanza a madurar”.
 
     Otra característica de la Quebrada es que varios productores comparten especialistas. Por ejemplo, el hacedor de vinos Marcos Etchart, hijo del legendario Arnaldo Etchart, llegó a la zona para asesorar a Fernando Dupont en 2005. La primera cosecha importante la lograron en 2007. En ese proyecto trabajó junto al ingeniero agrónomo Juan Prates. Fruto del equipo son las etiquetas Pasacana, Punta Corral y Rosa de Maimará, lo más conocido de la Quebrada hoy por hoy. Entonces Marcos conoció a la familia Vilte y su viñedo justo enfrente al de Dupont. Y a Claudio Zucchino para quien cortó los vinos que subimos a la cava en estos días.
 
 
 

     Para Etchart el descriptor común a los vinos de la Quebrada de Humahuaca es una nota de aceituna negra. “Parecido a lo que aparece en los valles altos de Salta, como Colomé, Tacuil y Cachi –dice–. Lo otro interesante aquí es el apoyo del gobierno provincial, más allá de la calidad general de los vinos, que va a seguir subiendo. La uva es mucho más potente, hay que trabajar con menos maceración y no pasarse con extracción de taninos que son muy intensos”.
 
     Fernando Maurette y Raúl María Nocetti son socios en Tukma un emprendimiento que también produce vino en Tolombón, Salta, cerca de Cafayate. En total elaboran unas 150 mil botellas al año. Nocetti, que es jujeño, reconoce que su debilidad es el proyecto de Huacalera, donde también tiene un hotel. “Nuestra finca está justo por donde pasa el trópico de Capricornio –cuenta–. Ahí tenemos 18 mil plantas, Sauvignon Blanc y Malbec. Se comercializan bajo la marca Tukma Altura 2670, los metros de altura de los viñedos. También tenemos pinot noire y merlot. En la Quebrada es difícil, no llegamos a medio kilo por planta. Para que te hagas una idea, hace dos años una helada nos malogró la cosecha el 8 de diciembre!”
 
     Una extrañeza es el delicioso torrontés que hace Gastón Cruz en sus dos hectáreas de viñedos, a pocos kilómetros de Purmamarca, camino a Chile. “Mi familia elaboró vino toda la vida, pero siempre para consumo propio –dice Cruz–. Ahora generamos un emprendimiento productivo. El torrontés es lo más logrado de mi bodega, pero también estamos haciendo un poco de Malbec”. La bodega de Cruz se llama Don Milagro, y por ahora el torrontés se comercializa principalmente en Purmamarca bajo la marca Carnaval.
 
 
     “Realmente vinos diferentes”
    
     La Ruta Nacional 9 divide los viñedos de Quebrada. Los que están a la derecha (este) o a la izquierda (oeste), donde está Bodegas del Perchel. Su primer vino se llamó Runa, 60% Syrah y 40% Malbec, criado 12 meses en roble americano. Al inicio los dirigió técnicamente el enólogo Patricio Villanova. Luego se sumó al proyecto la ingeniera agrónoma Gabriela Celeste de Eno Rolland.
 
     También sobre la ladera occidental está el emprendimiento de Alejandro Izquierdo. Él trabaja en Washington para el Banco Interamericano de Desarrollo, pero nació en Buenos Aires de padres jujeños, y sus vacaciones despertaron un amor por la Quebrada. En 1990, junto a su señora, descubrieron la montaña Yacoraite, también llamada “Pollera de la Coya” por la forma de campana y sus vivos colores rojo y amarillo. “En 2012 volvimos y la montaña nos llamó –cuenta Izquierdo–.
 
     Buscamos un terreno, aunque no sabíamos para qué”. Fanático tomador de vino, Izquierdo viajó a Salta, Yacochuya y Colomé, en busca de asesoramiento. Se vinculó con Marcos Etchart quien a su vez le presentó a Juan Prates. Al equipo se sumó Ezequiel Bellone, para imprimirle la parte orgánica al vino.
 
     Empezaron con 1.5 hectáreas de Malbec, luego agregaron Cabernet Franc hasta alcanzar las 3.2 hectáreas. “Buscamos un clon que nos ayudara a zafar de las heladas –cuenta Izquierdo–. Este año fue nuestra 3° cosecha, sacamos 2.200 kilos. La idea es que cuando todo el viñedo esté productivo y maduro de unos 25.000 kilos de uva”. El equivalente a 25 mil botellas, aproximadamente.
 
 
 
     El primer vino de Izquierdo lo empezó a hacer Marcos Etchart en la Bodega de Zucchino, con buena parte del Malbec. Pero el emprendedor también le dio al enólogo mendocino Lucas Niven y Ezequiel Bellone para que prueben hacer un vino distinto en la bodega de Alfredo González en Purmamarca. Su idea es seguir usando bodegas de amigos y en su finca generar un lugar para la venta directa.
 
     La bodega de Alfredo González es Amanecer Andino. Hace 8 años plantaron Bonarda, Malbec y Cabernet Sauvignon. Con el asesoramiento de Lucas Niven, la producción se trabajó en barrica francesa y americana. “Este año vamos a comercializar unos 15.000 litros de ese vino –cuenta González–. Y la idea es llegar a los 50.000”.
 
     Alejandro Nieva, también jujeño, tiene en Huichaira la finca Villa del Cielo. Sobre la margen occidental, a pocos kilómetros antes de llegar a Tilcara, plantó Malbec, Cabernet Franc y Syrah. “Nuestro viñedo está a 2680 metros de altura –sostiene Nieva–. Nuestra primera cosecha fue de sólo 70 kilos, la vinificó Fernando Dupont, salió un vino impresionante. Apenas vamos para el 3° verde este año, así que recién vamos a poder producir en alguna cantidad el próximo. Ahora estamos trabajando con Marcos Etchart. Creo que es fundamental el apoyo del gobernador Gerardo Morales está muy comprometido con esta industria”.
 
     Al bajar de la mina se organizó un almuerzo tardío en un refugio que restauró Zucchino junto a su viñedo, el más alto del mundo. Copa en mano, atardeciendo en la Quebrada, se acerca Marcos Etchart. Hablamos. “En la Quebrada no entra ninguna receta de otro lado –dice– Tuvimos que aprender todo de nuevo” ¿Te gusta trabajar en Jujuy? “Es divertido porque los bodegueros acá lo hacen por afición, es gente que viene de otro rubro. Y al ser una quebrada angosta, no un valle, son fincas chicas, con un máximo 5 o 10 hectáreas cada una. Realmente salen vinos diferentes”.
 
 
 
 

 
 





domingo, 24 de septiembre de 2017

¿Conoces a Dom Pérignon?

 
 
     Dom Pierre Perignon nació en la región Santo-Menehould, Francia, en 1638. A él se le atribuye la existencia que los espumosos tan famosos de la actualidad y a que se use el corcho para tapar las botellas. Dom Pierre tenía graves problemas de la vista, lo que hizo que se agudizaran sus otros sentidos.
 
     Al tener 29 años fue trasladado de un convento de monjes a la abadía de Hautvilliers, en Champagne, donde se encargaba de cuidar los sótanos de la bodega. Un día de 1670 alcanzó escuchar que una de las botellas explotó. Con su curiosidad, fue al lugar de los hechos y, mientras se encontraba en cuatro patas y palpaba el suelo, logró probar el líquido de éstas botellas, que en un principio encontró raro. Motivado por su sed de conocimiento e investigación, se dispuso a abrir y probar de las demás botellas exclamando a la vez, según la leyenda: “¡Estoy bebiendo estrellas!”
 
     Por supuesto, esas estrellas no eran otra cosas que las burbujas de aire que se habían formado debido a la fermentación de los azúcares y levaduras que se reactivaron aquél día. Él sabía que las botellas de esa cosecha no eran del todo resistentes y empezó a preguntarse qué pasaría si lo fueran y si las burbujas permanecerían por más tiempo de usar botellas adecuadas.
 
     Dom Perignon no perdió el tiempo y se dispuso a hacer botellas más resistentes. Para esto, el monje encontró un grave problema: la tapa. Las que se empleaban antes eran hechas con cera, pero él sabía que no serían lo suficientemente buenas para lograr un buen resultado y, así, recordando alguna vez haber visto tapaderas de corchos usados en cantimploras de viajeros, decidió optar por ese camino, añadiendo la peculiar corona de alambres que hasta hoy en día podemos ver.
 
     Fue tal su investigación para crear la “bebida de las estrellas” que también se encargó de seleccionar las cepas específicas para elaborar su producto y tener un resultado de muy buena calidad, que, hasta la fecha, se sigue reproduciendo estándares estrictos, tanto en técnica como en tradición. Dom Pierre Perignon es, por esto, una de las personas más influyentes, importantes y recordadas en el vasto mundo del vino.

Fuente: blog.uvinum.es



viernes, 22 de septiembre de 2017

Frutas, bayas y un poco de vino podrían ayudar a perder esos kilos cogidos en verano

Eso indica el estudio publicado en la revista British Medical Journal

 
 

     Los científicos que realizaron este estudio han demostrado que las dietas que incluyen vino pueden mejorar la salud cardiovascular. Lo han realizado a gran escala con la denominación de Health Professionals Follow-Up Study, Nurses’ Health Study and the Nurses’ Health Study 2. En el han intervenido 124.000 hombres y mujeres.

     Se observa una relación entre mantener y reducir peso y los compuestos polifenólicos encontrados en el vino, algunas frutas y verduras. El análisis fue llevado a cabo por investigadores de la Escuela TH Chan de Harvard de Salud Pública. Estudió los patrones de alimentación de los participantes para determinar si los alimentos ricos en flavonoides tenían efecto sobre el manejo del peso corporal. 
     Estos son compuestos naturales que se encuentran en frutas y verduras específicas. Entre ellas las uvas, arándanos, manzanas, peras y ciruelas pasas.

     Se comprobó es la pérdida de peso que se había producido gracias a algunos flavonoides. En concreto el flavan-3-ol, que se encuentra en altas concentraciones en el té verde. Este megaestudio se centró en varias subclases de flavonoides. Encontró que la mayoría tenía un efecto positivo en la salud a largo plazo de los participantes.

     El estudio de Harvard centra en siete subclases específicas de flavonoides. El vino, especialmente el vino tinto, es rico en flavonoides en la dieta. Los principales flavonoides consumidos por los participantes fueron las antocianinas, que se derivan de los arándanos y las fresas, flavan-3-oles, adquiridas de la cerveza, el té y las manzanas, las naranjas y flavonas de, las cebollas, el té, la cerveza y el vino.

Fuente: www.recetum.com


miércoles, 20 de septiembre de 2017

Fiesta, piedras y copas

El enfoque de Darío Le Bihan


   Si dudas quedan acerca de la plasticidad que ofrece la vid como planta a la hora de adaptarse a distintos suelos y climas, basta con ver y analizar algunos de los más variados que se presentan en la Argentina como los de la zona del Departamento Maipú en Mendoza.

      La glaciación que tomó parte en el Período Cuaternario ha dejado lechos de un rio prehistórico, producto de los deshielos. Es una zona de suelos muy pedregosos, compuestos por piedras erosionadas por el agua.
    
     En éste lecho se plantaron las vides de la Bodega Don Manuel Villafañe luego de la compra de ésta tierra en año 1998.
     
     Los sarmientos nacen de éstas piedras roladas por las inclemencias del clima y el paso del tiempo. Y debido al lugar donde se gesta ésta vida es un viñedo de muy baja producción, oscilando entre 5000 a 7500 kgs por hectárea. Y es por ello que la bodega se enfoca en la elaboración de uvas alta calidad.

     La bodega está precedida con una vasta historia que data del año 1611 cuando Don Manuel Villafañe llegó a Argentina desde España como soldado para luchar contra los piratas ingleses que atacaron a los barcos españoles. Más tarde se estableció en América del Sur como un agricultor, y se convirtió en un pionero de la vitivinicultura en Argentina por ser uno de los primeros en plantar vides en esa tierra.



     Hoy cuenta con 80 has de viñedos alrededor de la bodega, destacando variedades como Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Petit Verdot y Chardonnay, que maneja un descendiente de Don Manuel, Tomás Machado Villafañe.

     La línea Cahuín es de muy reciente salida al mercado y ya ha cosechado premios a su paso. El nombre Cahuín es una palabra mapuche que significa enredo o alborote. Cahuín era una reunión de los caciques, en tiempos de guerra y paz, respectivamente,  donde se comentaba la situación del momento. Ya en tiempos de la conquista, al conocer los mapuches el alcohol se tomaba mucho en los cahuines, provocando que los comentarios o conversaciones fueran raras o disparatadas. De ahí viene el término cahuín como fiesta o reunión en la derivación vocablo en el idioma Huarpe de los aborígenes que habitaban la región de cuyo.
    
     Cahuín Reserva 2013 Cabernet Franc  es un vino de complejo aroma donde el recuerdo de guindas y moras marcan el ritmo de su degustación y las especias otorgan el marco a un cuerpo intenso de gran final prolongado. Rojo carmesí que alberga la mesura del alcohol y la acidez dando paso a taninos redondos que logran un vino equilibrado, elegante y armónico.

     Fiesta de cahuines que desde tiempos inmemorables dan continuidad a la noble labor que realizan las vides entre pedregullos que trocaron el agua que los salpicaba por el vino que vierten las uvas en nuestras copas.

Por Darío Le Bihan
     Sommelier

¿Qué es el lloro de la vid?



     En pleno invierno, la vid tiene casi todas sus funciones en suspenso o amortiguadas: no tiene hojas ni otras partes verdes, y no existen flores y frutos. La vid se encuentra en parada invernal. Es en este momento cuando realizamos la poda de la vid (poda de invierno).

     La poda tiene principalmente dos objetivos. Por un lado, conseguir equilibrar la producción futura de uva y por otro, adaptar y preparar la planta para su cultivo (en su estado natural, la vid es un liana trepadora cuyas ramas, llamadas sarmientos, pueden alcanzar 30 metros de longitud). La poda limitará así el desarrollo de la planta y ayudará a controlar la calidad y cantidad de la uva.


El lloro


     Hacia el mes de Septiembre, cuando la temperatura media pasa de los 9-10ºC, y el suelo empieza a calentarse, unas hormonas contenidas en las raíces empiezan a activar el metabolismo de la planta. La cepa sale de su letargo y marca el inicio de la añada.

     Se inicia el flujo de savia desde las raíces hasta las partes aéreas de la planta. Y es cuando empieza a observarse en todos los cortes de la poda y heridas del tronco y de los brazos, unas gotas transparentes e incoloras que se asemejan a lágrimas, es lo que llamamos lloro de la vid.



     La cantidad de lloro que fluye de una cepa es variable. Depende básicamente de la época en la que se ha realizado la poda, del grosor de los cortes de poda, del vigor de la planta y de los factores climáticos.

    Estos lloros cesan al recubrirse los cortes y heridas con unas sustancias gomosas producidas por bacterias que viven sobre el derrame, y sales disueltas en el lloro evaporado, obturando los vasos leñosos.

     Terminado el período en el que lloran las cepas, cuando la temperatura diurna va en aumento y sin excesivos fríos nocturnos, la planta empezará a crecer gracias a las reservas acumuladas en las raíces y en el tronco. Las yemas comenzarán a hincharse y a desarrollarse para pronto brotar. De estas pequeñas yemas brotarán los nuevos sarmientos, hojas y frutos.


Fuente: thebigwinetheory.com

lunes, 18 de septiembre de 2017

Carmelo Patti: “Nadie encuentra la vainilla ni el chocolate en el vino”

Entrevista a Carmelo Patti en su bodega de Luján De Cuyo, Mendoza. Productor que suma muchísimo a la industria del vino argentino.

 
     Uno de los pequeños productores más interesantes del país, en sus inicios, tuvo que vender su Renault 12 para comenzar a hacer su propio vino. Corrían los 80 y Carmelo Patti comenzaba a edificar un concepto que hoy lo llena de gratificación y lo ha puesto en lo más alto de la historia del vino en nuestro país.
 
     Siempre con una sonrisa en su bodega de Luján De Cuyo, Mendoza, nacido en Italia y barco mediante de muy pequeño se asentó en Argentina. No conoce otra forma de transcurrir los días que laburando.
 
     Lo lleva en la sangre, el trabajo y el sacrificio. Los turistas entran y salen y Carmelo los atiende, mientras suena el teléfono fijo, pide disculpas y saluda a la persona que esta del otro lado. Cuelga y sigue la charla desde el mismísimo punto donde la dejo. Un mar de anécdotas y una historia bellísima.
 
 
     - ¿Cuándo nació el proyecto y de qué forma?
 
     - La idea es de 1986. Yo venía maquinando en mi cabeza de hacer algo diferente. Mi primer vino fue en 1989 hecho en Bodega Viña de Pérez Cuesta, un cabernet 89. Compré uvas a un contratista de la zona; había vendido mi Renault 12, no tenía ni cinco centavos y no quería seguir trabajando así.
 
     Me había dado mucha pena que la bodega se venda para hacer un shopping y así tirar todas las cosas lindas que habíamos hecho. Fue tanta la honestidad que le puse a los 15 años de trabajo en esa bodega que seis meses después de la venta me llamó el dueño y me pregunto si todavía estaba a pata, le dije que sí, que no tenía problema por andar en colectivo para todos lados y me ofreció que elija un auto cero kilometro. -¿Le parece?- dije. Y así fue como me regaló un Peugeot 504. Seguí haciendo cosecha en bodega Lagarde, en Robino. Una vez un periodista alemán organizó en la peatonal una feria con 16 bodegas, lleve un cabernet 1994 hecho en Lagarde. El periodista hizo una cata y una devolución de cada vino a cada productor. Me felicito y me fui. Un par de días más tarde me hace llamar desde el hotel donde estaba alojado y me pide que quiere probar las otras cosechas mías para ver la continuidad. Lo pasé a buscar y lo lleve a Robino, me daba vergüenza tener que mostrarle mis vinos en una bodega que no era mía, aunque ellos fueron muy respetuosos siempre.
 
 
     - ¿Cuantos litros elaboran anualmente?
 
     - Mas o menos entre 50 y 55 mil botellas al año.
 
 
 
 
     - ¿De qué regiones son las uvas de sus vinos y que características tienen?
 
     - Las uvas son de Pedriel, terreno franco arenoso terroso, no son los calcáreos de las cenizas, yo saco todo de ahí, como alternativa al malbec y al cabernet sauvignon sumé petit verdot y cabernet franc. Los viñedos de ahí son de 1991.El franc está plantado hace siete años. No creo en el potencial de los viñedos viejos. Una vez que terminó el crecimiento ya está. La mayoría de Valle De Uco no son viñedos antiguos.
 
 
     - ¿Cuál es el varietal estandarte de su bodega?
 
     - Todo el mundo a mi me tiene por el cabernet, pero vaya sorpresa el malbec.
 
 
     - ¿Qué opina de la impronta actual de los pequeños productores?
 
     - Hoy lo estoy notando, se nota en muchas cosas. Felicito a los enólogos, todos tenemos oportunidades. Simplemente como experiencia usted respete al consumidor en su nicho. Acá pasó que los primeros vinos los hicieron bien pero no lograron continuidad porque después vieron el negocio, levantaron el tubo, compraron diez mil litros los fraccionaron y eso es lo que le pasó a mucha gente. Hago el vino, lo tengo que sacar, lo defiendo. Hay un proyecto de trabajo, si eso se respeta, creo que es un nicho increíble.
 
 
 

     - ¿Cuáles son las falencias de la coyuntura a la hora de producir vinos?
 
     - Los costos operativos son muy altos, muchos impuestos. El que no tiene una mínima rentabilidad de algún producto, hoy le fue muy mal porque no alcanza a sacarlo. También hay que cuidar. Hay que encontrar un equilibrio entre vino y calidad, que la gente lo pague por la calidad, eso a uno le permite estar trabajando en movimiento.

   
     - ¿Hacia dónde va la vitivinicultura en general?
 
     - No va a estar fácil en el mundo. Al principio los vinos, el aroma, que esto, que aquello. Los consumidores no encuentran ni la vainilla, ni el chocolate. Ninguno. “¿Será vino esto?” se preguntan.
 
Los periodistas muchas veces confunden. Hágame caso, tome el vino que le guste. En buena hora se viene mejorando. Menos alcohólicos. Se está yendo a un producto más bebible, con menos madera, bueno, a disfrutarlo. Hagan vinos bebibles y todo será más fácil. La gente no guarda demasiado el vino. Los vinos de guarda en Argentina y en el mundo no se guardan. Son crianzas. ¿Quién tiene la culpa? Le están dando algo que no está terminado a alguien que no sabe guardar. Cuando ese consumidor aprenda se va a corregir un poco el camino. Creo que debemos guardarlos quienes lo hacemos y luego sacarlo al mercado.



 
     - ¿Lo qué el mercado pide o defender la idea desde un principio?
 
     - Uno tiene que hacer un perfil de vinos, yo no corro al mercado, si corro al mercado tengo que hacer otro tipo de negocios, otro tipo elaboración como por ejemplo hacer un vino joven de vender. Cuando usted tiene una forma, un pensamiento tiene que seguirlo, hay que defender la idea. Hay que mantener los ideales. Tremendo error si yo cambiara eso.

 
     - ¿Qué siente que le está aportando a la producción de vinos desde su lugar?
 
     - Mucho. Mi granito de arena creo que ayuda y ayudó junto a muchos otros tantos vinos a demostrar que Argentina tiene grandes productos.
 
 
     - ¿Puede describir en líneas generales los vinos de su producción?
 
     - Bueno, creo que logré equilibrar, buena uva, buena elaboración, buen control permanente. Maloláctica que es importante para estos vinos y se hace natural aquí. Bajo contenido sulfuroso y el paso por madera. He decidido un porcentaje para que no tenga tanta madera y no me tape la fruta. Lo guardé dos años en botella el Malbec y 5 años el cabernet, lo cual es arriesgado porque es todo un capital quieto con la primeras botellas. Uno cuando evalúa se va dando cuenta que el producto es diferente. El perfil que uno le busca es que el vino sea sabroso a la hora de tomarlo. La explicación la da el mismo consumidor que se deje tomar, así de sencillo es el vino nuestro.
 

 


sábado, 16 de septiembre de 2017

Catar vinos estimula tu cerebro mucho más que las matemáticas

Catar vinos es como hacer gimnasia para nuestro cerebro

 
 
     Hay una cantidad de procesos cerebrales; sensoriales y motrices involucrados en el hecho de catar vinos. Desde la primera vista que le damos a la botella hasta saborear el vino en la boca y luego tragarlo. De esto se trata un estudio dirigido por el Dr. Gordon Sheperd, neurocientífico de la Universidad de Yale. “Todos estos procesos juntos involucran más actividad cerebral que escuchar música o resolver un complicado problema de matemáticas.” Es parte de lo que afirma el Dr. Sheperd en su libro “Neuroenología: Cómo el cerebro crea la cata de vino”.
 
     El libro del Dr. Sheperd explora todos los procesos neurológicos complejos involucrados en el proceso de catar vinos. Desde la etapa visual de observar el vino en la botella, luego en la copa hasta la interacción del líquido con nuestra saliva en la boca. Incluyendo los movimientos de la mandíbula, lengua, diafragma y garganta. Las moléculas en el vino estimulan miles de receptores olfativos y gustativos. “Al enviar una señal de sabor al cerebro, se desencadena una respuesta cognitiva masiva que implica reconocimiento de patrones, memoria, juicio de valor, emoción y placer”, explica el Dr. Shepperd.
 
 
     Resolver un problema de matemáticas requiere un monto limitado de actividad cerebral. En cambio evaluar un vino compromete múltiples sistemas sensoriales incluyendo vista, olfato y gusto.
Estas conclusiones vienen luego de otro estudio similar, reportado en el diario “Las Fronteras de la Neurociencia humana” en Septiembre del año pasado. En donde se aseguraba que los Masters Sommeliers tenían cerebros físicamente más gruesos debido a la agilidad mental que desarrollaban a lo largo de sus carreras. Para ponerlo en palabras simples, el estudio concluyó que la práctica diaria de catar vinos es una especie de gimnasio cerebral.
 
Fuente: thebigwinetheory.com


jueves, 14 de septiembre de 2017

Estudian reutilizar desechos industriales del vino para producir enzimas de alto valor agregado

Orujos

 
     Científicos de Conicet-Rosario estudian la reutilización del orujo, principal desecho de la producción del vino, para extraer una enzima de alto valor agregado y disminuir la cantidad de residuos que se liberan al ambiente.
 
     El estudio lo realiza un equipo del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos (Iprobyc-Conicet- Universidad Nacional de Rosario), que dirigen los investigadores Diana Romanini y Carlos Boschetti.
 
     Desde hace un año y medio, los científicos rosarinos trabajan en la reutilización de los desechos que origina la industria vitivinícola, en particular el orujo de uva, comentó Romanini a Télam.
 
 
 
     Romanini explicó que "es un desecho a partir del cual se puede producir enzimas de alto valor agregado y puede servir de materia prima para obtener una gran concentración de antioxidantes" y que el proyecto tiene una parte ecológica, que es "reutilizar el orujo, y así evitar que se acumule y contamine el medio ambiente".
 
     El proyecto fue seleccionado para recibir financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
 
     La investigadora dijo que el vino tinto "es una de las bebidas más ricas en polifenoles, compuestos biológicos que poseen muchos beneficios para la salud" por sus "propiedades antioxidantes".
 
     "El residuo que queda después de la fermentación del vino, llamado orujo de uva -semilla, tallos y pieles de la fruta-, también contiene altos niveles de polifenoles, que podrían ser de gran utilidad para las industrias farmacéutica, cosmética o alimentaria", amplió.
 
 
 
     Ese problema es precisamente un nicho que al grupo de investigadores de Rosario le interesó explorar. "Un desecho industrial es considerado algo sin valor, hasta que alguien encuentra alguna manera de cambiar eso", afirmó el científico.
 
     El orujo de uva, "por las propiedades antioxidantes que tiene, puede ser una materia prima de alto valor agregado", por lo que se proponen darle "un uso que permita generar alimentos funcionales" destacó.
 
     "Nos interesa rescatar el valor de los antioxidantes, que de forma similar a la vitamina E, se oxidan en sí mismos para evitar que se oxiden las células de nuestro cuerpo", explicó Cabezudo.
 
     Y continuó: "la búsqueda de antioxidantes es el valor de estas moléculas y es sabido que el vino posee ese efecto terapéutico. Y en el orujo se concentra mucho más de aquel que termina en el vino".
 
 
 
     En tanto, la becaria posdoctoral del Conicet María Rocío Meini, que también integra el grupo de estudio, dijo que a partir del orujo se dedicó a la producción de la enzima tanasa, mediante el cultivo de hongos.
 
     "Esta enzima degrada compuestos polifenólicos que se llaman taninos, que son los que le dan la astringencia al vino, otorgan turbidez a jugos, cerveza y té", dijo e indicó que "también ayuda a que el producto final que se obtenga posea moléculas más pequeñas y con mayor poder antioxidante".
 
     "Poder producir esta enzima a nivel local es una manera de bajar costos de producción, porque su precio es muy elevado a nivel mundial y actualmente la comercializan muy pocas empresas en el mundo", finalizó la científica.
 
 


lunes, 11 de septiembre de 2017

El Mundial de Turismo Enológico se realizará en Mendoza

 2ª Conferencia Mundial de Turismo Enológico organizada por la OMT




     La conocemos como el corazón de la vinicultura argentina: Mendoza. Esta identidad, fuertemente vinculada al vino, la convierte en el lugar ideal para ofrecer a los participantes la oportunidad de conocer de primera mano una variedad de proyectos de turismo enológico, que vinculan los sectores del turismo y la vinicultura. Las conferencias temáticas son celebradas por la Organización Mundial del Turismo (OMT), organismo de las Naciones Unidas encargado de la promoción de un turismo responsable, sostenible y accesible para todos.

        La segunda Conferencia Mundial de Turismo Enológico es organizada por la OMT, el Ministerio de Turismo de la Nación y el Ente Mendoza Turismo (Emetur). Colaboran en la organización Bodegas de Argentina, COVIAR, Fondo Vitivinícola, Cámara Argentina de Turismo, Mendoza Bureau, WofA, FEHGRA, Aehga, Amavyt Cámara de Turismo de Mendoza, como también los municipios de la provincia. Este encuentro, producido por la Organización Mundial del Turismo forma parte de una estrategia que la provincia de Mendoza comparte con la Nación para captar grandes eventos. Este objetivo es parte del plan de metas del ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos.

Los paneles con especialistas nacionales e internacionales abordarán temas como:

-Evolución y tendencias del turismo enológico.
-Presentación del prototipo de la OMT sobre turismo enológico.
-Turismo enológico: desarrollo de producto y comunicación efectiva.
-Turismo enológico en destinos emergentes y maduros.
-Integración regional y alianzas público-privadas.
-Una visión sostenible: patrimonio, arquitectura,
centros de interpretación y buenas prácticas en el turismo enológico.
-Plan Nacional de Enoturismo.

     Algunos de los reconocidos expositores que participarán en la conferencia son Mike Veseth, economista del vino, profesor emérito de economía política internacional de la Universidad de Puget Sound, Estados Unidos; Catherine Leparmentier Dayot, fundadora y directora ejecutiva de la Red Global de las Grandes Capitales del Vino; Santiago Vivanco, presidente de The Joyful Journey Spain, de bodegas por España y director del Museo Vivanco del Vino. También habrá conferencistas de Chile, México, Georgia y Moldavia, además de los expertos que representarán a Mendoza y a las demás provincias vitivinícolas de la Argentina. El programa académico se desarrollará en el Auditorio Ángel Bustelo del Centro de Congresos y Exposiciones de Mendoza y es de inscripción gratuita con cupo limitado en la web de la OMT:

     Los representantes de los países miembros de la OMT, además de participar en las charlas, realizarán visitas prácticas a bodegas. Mientras que el público en general podrá asistir gratuitamente al  programa académico, y durante el tiempo libre fuera de programa –y también el fin de semana– tendrá a su disposición para contratar una gran oferta de excursiones especialmente diseñadas por los agentes de viajes mendocinos para disfrutar los Caminos del Vino de la provincia. Podrán acceder a esas opciones en los stands ubicados en el mismo Centro de Congresos y Exposiciones.

Sobre la Organización Mundial del Turismo

     La OMT, como principal organización internacional en el ámbito turístico, aboga por un turismo que contribuya al crecimiento económico, a un desarrollo incluyente y a la sostenibilidad ambiental, y ofrece liderazgo y apoyo al sector para expandir por el mundo sus conocimientos y políticas turísticas.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Envases

La botella de vino y su finción estética y para la guarda




     La oferta en estilos, colores, formas y capacidad de embotellado del vino resulta casi infinita. Por un lado, se presupone un claro recurso estético, con el fin de atraer la atención del consumidor, sin embargo la funcionalidad, como por ejemplo los envases oscuros, previenen de la oxidación que provoca la incidencia de la luz.

     El tamaño de la botella juega un papel relevante en la evolución del contenido, ya que los envases de un volumen elevado (la mágnum 1,5 litros, como mejor ejemplo), con el doble de capacidad que la botella estándar, de 75 centilitros, resultan ideales para la conservación del vino (existe la misma proporción de aire que queda entre el corcho y el líquido, para el doble de volumen). Esto permite ralentizar su evolución, amortiguando los cambios de temperatura y prolongando el envejecimiento de los vinos de guarda.

   Al igual que con los tipos de copas, hay infinidad de denominaciones para los estilos de botellas, a saber: bordelesa, bordelesa seducción, bordelesa prestigio, borgoña expresión, rhin alta, rhin baja, euro, futura …, Si nos atenemos a las variantes cromáticas, éstas oscilarán entre el blanco, el verde esmeralda, verde, azul, negro ibérico y topacio, y con infinidad de modelos en sus bocas.

  El tamaño sí importa, como proclama el título. En el caso del champagne, encontramos una diversidad sorprendente de tamaños de botellas.  En el mundo del vino se manejan términos como cuarto, 18,7 cl; media botella, 37,5 cl; botella, 75 cl; mágnum, 1,5 l.; Jeroboam, 3 l.; Matusalén, 6 l.; Salmanasar, 9 l.; Baltasar, 12 l., y Nabuconodosr, 15 litros.


     Como puede observarse en el gráfico del reportaje, a partir de los 15 litros tendremos un arco hasta los 30 litros con nombres de los más variopintos: Melchior, 18 litros; Salomón, 20 litros; Primat, 27 litros, y la cúspide, Melchizédec con esos 30 litros de esencia de la vid.

     En cuanto a la denominación de cada una de ellas, observarán los lectores que dominan los nombres bíblicos y es que se dice que los franceses buscaban asociar el vino con el glamour. Como anécdota, y al margen de los estándares al uso, cabe resaltar que la botella de vino más grande del mundo corresponde a un vino de la productora china Wan Chen: 1.850 litros y se asevera que el vino que contiene es de una calidad excelente.

     En un alarde de técnica, la botella es corregida de imperfecciones con la vaporización partiendo de óxidos metálicos y es recubierta con una película protectora de polietileno, para ser envueltas sobre palés, con un gran plástico, que protegerá los recipientes hasta el momento de su embotellado en las bodegas.

   Los franceses fueron los creadores de la botella mítica, “bordelaise”, que la utilizaron para exportar sus claretes a partir de 1707. Otra curiosidad: con la llegada del corcho, quedarían atrás los primeros tapones de cristal, ajustados a la botella con aceite y polvo de esmerilar.

   También serían erradicados los de madera, algo más flexibles, dando paso a los tapones procedentes del alcornoque, asegurando así con garantías la conservación del contenido, sin perder las propiedades y personalidad que le hacen único respecto a las demás elaboraciones.



    
     Se debe tener en cuenta que hasta bien entrado el siglo XVII el vino no se almacenaba en botellas, sino en barriles de madera o ánforas de barro, aunque las posibilidades de obtener la forma deseada del vidrio mediante el soplado, cortado, curvado y pulido, así como la aplicación del coloreado, adquiriese relevancia en la Antigua Roma.

     Volviendo a los colores, los más oscuros se emplean en vinos que van a envejecer; y los claros o transparentes están destinados para destacar el color de los vinos jóvenes como los blancos y rosados, donde su consumo es mucho más cercano en el tiempo y no necesitan tanto tiempo de guarda.
Otro apunte histórico. En 1662, sir Kene Digby, de la corte inglesa, fue el responsable de la primera botella tubular de hombros caídos y cuello largo, teniendo además forma cilíndrica para su almacenamiento en posición horizontal, con un anillo en la parte superior que permitiría atar de madera.

     Cada vez más están adquiriendo más protagonismo las botellas que tienen un volumen de vino inferior, tales como las de 37,5 centilitros (llamada Tres cuartos) y la de medio litro. Cada vez son más solicitadas en restaurantes o medios de transporte (avión y tren), sobre todo cuando uno va a comer o cenar sólo, ya que su tamaño y precio es inferior y genial para degustar sin compañía.

     De cualquier forma, expertos del mundo del vino, como sumilleres o enólogos, consideran que la Magnum es la que más aglutina la optimización del contenido y el manejo en sala, cuando la celebración reúne a varios comensales.

Fuente: www.saboreandocanarias.com

jueves, 7 de septiembre de 2017

Día del enólogo

El gran hacedor

     El enólogo es un amante de los buenos vinos que disfruta cada descorche y cada trago. Lo disfruta tanto en sus horas de trabajo como entre amigos, con familia o con cualquier buena compañía. Lleva sobre sus hombros la responsabilidad, muchas veces, de tener que seleccionar el mejor corte, entre muchas otras responsabilidades. Es un trabajador incansable que realiza su labor no sólo porque debe hacerlo, sino porque lo apasiona.

     En una provincia tan significativa como Mendoza cuando hablamos de la uva y sus derivados, no puede pasar desapercibida una fecha importantísima en el calendario vitivinícola nacional: el Día del Enólogo. Se celebra cada 7 de septiembre, rememorando el día en que el presidente Domingo Sarmiento inauguró la Quinta Normal de San Juan en el año 1862. Entidad que luego pasó a llamarse Escuela Nacional de Fruticultura y Enología. De allí vinieron a Mendoza los primeros técnicos formados en el arte de la vitivinicultura, y ya orientados hacia su industria.

    Este día se instituyó en el año 2002 por un acuerdo entre el Centro de Enólogos y el Consejo Profesional de Enólogos de San Juan, además de otras entidades, pero anteriormente a esa fecha se homenajeaba a los trabajadores de la enología todos los 6 de agosto, bajo la fecha de “Día de la Enseñanza Agrícola”.

Fuente: www.mendoza.travel

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Lo que queremos decir con ‘este vino tiene corcho’

Defectos del Vino



    Lo que queremos decir con ‘este vino tiene corcho’, una frase que se suele emplear y que, en muchos casos, no tenemos conciencia de lo que significa. Si oímos que alguien dice ‘este vino tiene corcho’ después de catarlo, o dicho de otra forma, está acorchado o sabe a corcho, el mensaje no es tan literal como parece. Lo que significa realmente es que este que podemos denominar como ‘efecto corcho’, proporciona al vino un olor y sabor húmedo y mohoso que es debido a una infección de bacterias que ha contagiado al corcho, y que de éste pasa al vino.

     La culpa de esto la tiene lo que los expertos llaman TCA (Pentaclorofenol, o Tricloroanisol), que puede estar en el corcho incluso antes de sacarlo del alcornoque. Esto puede deberse al exceso de uso de productos insecticidas directamente sobre el árbol, por ejemplo, o al agua clorada que se usa para esterilizar los corchos. Conscientes de ello, los elaboradores tienen un gran cuidado en lo que a higiene y calidad se refiere, además de llevar a cabo exhaustivos proyectos de investigación.

     Si os preguntáis si esto puede afectar a la salud del ‘bebedor’, os diré que no. No es algo que sea tóxico para la salud ni que nos vaya a sentar mal de alguna otra manera. El olor o sabor a corcho en si mismo es un defecto, pero no algo insalubre.

Fuente: http://www.recetum.com

lunes, 4 de septiembre de 2017

Vinos

Consejos para quitar las manchas de vino


     Consejos para quitar las manchas de vino, que seguro que os resultan de interés porque en verano suelen suceder de estos ‘acontecimientos’ sin duda alguna. Adem´s no es que sean fáciles de quitar. Y lo que es peor, dependiendo de qué tipo de material sea el que se mancha, hay que tomar diferentes medidas al respecto. No llega con emplear diferentes productos que se comercializan para este uso, ya que, en ocasiones, puede que el ‘remedio sea peor que la enfermedad’. Vamos a ver unos truquillos caseros que esperamos que os ayuden en estas ocasiones.

Sobre manteles

     Si se trata de una mancha de vino reciente, por ejemplo si se derrama el vino en un mantel, echa rápidamente un puñado de sal sobre la mancha, para después lavarlo con agua y jabón. Por lo contrario, si las manchas  son de vino tinto y ya están resecas basta con dejar la mancha en remojo con leche caliente hasta que notes que la mancha desaparece. Después sólo tendrás que lavar la prenda con normalidad. Otro truco para eliminar las manchas de vino tinto de un mantel, es frotarlas con vino blanco. Para manchas de vino blanco, si se trata de una tela resistente, lavarla con agua templada y jabón. Mientras que si es delicada, es recomendable frotar con alcohol antes de mojarla. Al igual que en el caso anterior, si es instantánea, podemos echar sobre la mancha también sal fina de mesa.

Sobre la ropa

     Si la mancha está en una camisa o blusa de color se aconseja frotar con cuidado la parte manchada con agua fría mezclada con un poco de amoniaco. También se aconseja mezclar un poco de jabón líquido con agua oxigenada y aplicar la mezcla sobre la mancha. Si no es suficiente podemos añadir un poco más de agua oxigenada a la mezcla. Para manchas de vino blanco otra opción es pasar por las manchas un poco de zumo de limón y lavar la prenda rápidamente, o espolvorear inmediatamente sal fina sobre la mancha hasta que esta absorba el vino.

Sobre la alfombra

     Otro de esos sitios donde suele caer el vino y dejar ‘su huella’ es en las alfombras. En este caso el truco consiste en disolver una cucharada de detergente para lana en un vaso de agua tibia y añadir otra de amoniaco. Humedecer una esponja en esta mezcla y frotar la mancha con una esponja o cepillo, y terminar por aclarar con agua y vinagre.

Encimeras o paredes

     Que, aunque no os lo creáis, son lugares habituales donde también podemos encontrarnos con manchas de vino. Sobre una encimera de mármol por ejemplo, no debería haber problema si se limpia rápidamente con un paño húmedo. Si el vino oscurece la piedra, se deberá limpiar un poco de lejía diluida al 50% en agua. Si el ‘graffiti’ está en la pared, y es pintura lavable o papel, el truco está en emplear en su limpieza vino blanco. Si queda algún tipo de resto, podemos emplear agua oxigenada diluida en agua a partes iguales.

Fuente: labuenamesa.carrefour.es


sábado, 2 de septiembre de 2017

Vinos & Bodegas

Blancos argentinos: “Evolución y cambios espectaculares”, los preferidos de Atkin


     La calidad y variedad de los blancos argentinos crece y demuestra que Argentina no puede limitarse al Malbec. En su paso por Mendoza, el Wine Writer Tim Atkin destaca los blancos que llaman su atención. "Los blancos realmente tienen un potencial enorme en Argentina, los cambios que ve son espectaculares”, nos dice Tim Atkin durante la presentación de su muestra fotográfica “Mi mirada argentina” en Susana Balbo Wines.


     Es la primera vez que Atkin viene en invierno a la Argentina  y aprovechamos su tiempo para charlar sobre los vinos blancos. Se sumará también a nuestra conversación Andrés Blanchard, socio de  François Lurton en la única empresa argentina dedicada a producir solamente blends blancos de alta gama. De hecho, por estos días presentan Les Fous 2017, su segundo vino, un corte de estilo bordelés, que conjuga un 80% de Sauvignon Blanc de Los Chacayes y un 20% de Semillón de Tupungato.

     Ya en el Premium Tasting, una de las novedades fue la incorporación de un flight  para degustar seis blancos. La propuesta dio pie para reafirmar la idea de que son la nueva revolución,  algo que Wines of Argentina ya había puesto sobre el tapete durante la 19 edición de Vinexpo Bordeaux.
Técnicas diferentes, variedades nuevas están enriqueciendo la experiencia de los enólogos.



     “En 2006 el único vino blanco que yo veía y bebía era el Sauvignon Blanc Los Cardos de Doña Paula hecho por Matías Michelini”, me dice Tim y agrega “creo que la revolución de los blancos empezó con Matías, con Walter Bressia  -que hizo ese delicioso Lágrima Canela- y con los blancos Gran Lurton. También los Chardonnay  de Catena Zapata, la primera cosecha de White Stones y White Bones.

     Pero desde 2006 el crecimiento de los blancos ha sido vertiginoso y Tim Atkin no tiene ninguna duda en afirmar que hay un campo fértil y muy prometedor para que Argentina explore y desarrolle.

     En sus preferencias nos menciona el Torrontés 2016 de El Esteco Old Vines hecho en huevos de hormigón: “es estupendo, increíble vale la pena beberlo”, reslata. “También me gusta mucho el roble que tiene el Gran Lurton 2016 (Tocai, Chardonnay y Pinot Gris) y la primera añada del Gran Vin 2014 de Blanchard & Lurton”. Este último lo degustamos junto a Andrés Blanchard .

     “Teníamos ganas de poner un granito de arena en Argentina y en el mundo porque podemos hacer grandes vinos blancos, entonces en 2014 nos pusimos manos a la obra y nos propusimos hacer el vino más elegante y complejo que pudiéramos elaborar ” -nos comenta Andrés-  “de ahí salió Blanchard & Lurton 2014, un corte 60% Tocai, 20% Viognier,  10 % de Chardonnay y 10% de Pinot Gris”.
    
     La clave está en que el Viognier  proviene de la hilera Este de los viñedos a las que les da solamente el sol de la mañana. “Buscamos la característica que tienen los vinos franceses de Codorniu que es la nota floral. El resultado es un vino muy elegante que no es super explosivo en nariz”.

     “Nos ha ido bien porque cada vez que sacamos la añada tenemos todo venido”, dice Andrés y asume que producen partidas limitadas de 3000 a 4000 botellas pero que sin duda están en el camino correcto.

Fuente: guarda14.com