El enfoque de Darío Le Bihan
El vino tiene su origen en la viña y el encargado de sus
primeros pasos es el viticultor. Él debe poner los medios necesarios para
conducir el cultivo del viñedo en el sentido de lograr estos objetivos. Tiene
la potestad de hacer variar voluntariamente la expresión de la cosecha. Algunas de sus labores son fundamentales y determinan la
producción de vinos de calidad. La poda tiene por principal objeto equilibrar o adecuar la
producción del viñedo. Es importante para conseguir cosechas regulares, siendo
preciso hacerlo anualmente y se realiza en invierno antes de la brotación de la
vid.
Otra operación que se puede realizar en el viñedo, es el
raleo de frutos. Esto consiste en desechar eliminando una cierta cantidad de
racimos de uvas para equilibrar la cantidad de uva con la superficie foliar. El viñatero también lleva acabo el defoliado o eliminación
de las hojas más viejas y fotosintéticamente menos activas, situadas en la base
de los brotes, para mejorar las condiciones de aireación e iluminación de los
racimos, reduciendo el riesgo de podredumbre y aumentando la maduración de los
mismos, especialmente en polifenoles.
Se ocupa de la fertilización que tiene una función muy
importante en la fisiología de la vid, así como también en la calidad y
cantidad de vendimia producida. Los grandes vinos proceden generalmente de
suelos pobres en compuestos fertilizantes, pero no obstante en algunas
ocasiones se hace necesario las correcciones mediante los oportunos abonados o
enmiendas del suelo. El riego es otro de los factores más importantes de las
tareas a realizar para controlar el vigor del viñedo, debiendo aplicarse
únicamente para favorecer el desarrollo cualitativo de las uvas, y nunca para
aumentar la cantidad de la cosecha.
La Bodega Tierra del Huarpe, fija sus comienzos en el 2001,
cuando un grupo de emprendedores viñateros, además de hombres de negocios, se
autoconvocan con el objeto de aunar esfuerzos y potenciar capacidades para
elaborar ellos mismos sus vinos. En el Valle de Tulum, San Juan, Argentina, se encuentran los
viñedos propiedad de los socios de la bodega, de donde provienen las uvas que
año a año ingresan a la misma para su elaboración. De la más refinada selección de viñedos, destacando las
características de los distintos terroirs, nace 7 Viñas, una línea de
varietales frescos, jóvenes y frutados.
7 Viñas Syrah 2016 muestra una carta de colores con rojos y violáceos plenos, gran intensidad y matices. Sus aromas
dan presencia etérea de vainillas, toques balsámicos de mentas y algunos recuerdos de confituras. La boca se
embelesa con su entrada suave y armoniosa en donde los taninos no presentan
filos pero sí estructura. Son redondos, aterciopelados y persistentes,
aportando untuosidad y elegancia para un gran final. Un Syrah sanjuanino, en el que siete viñateros conocedores
de su origen y camino transitado, llevaron a una sublime expresión.
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