miércoles, 23 de agosto de 2017

Labores fundamentales: el orígen

El enfoque de Darío Le Bihan


   El vino tiene su origen en la viña y el encargado de sus primeros pasos es el viticultor. Él debe poner los medios necesarios para conducir el cultivo del viñedo en el sentido de lograr estos objetivos. Tiene la potestad de hacer variar voluntariamente la expresión de la cosecha. Algunas de sus labores son fundamentales y determinan la producción de vinos de calidad. La poda tiene por principal objeto equilibrar o adecuar la producción del viñedo. Es importante para conseguir cosechas regulares, siendo preciso hacerlo anualmente y se realiza en invierno antes de la brotación de la vid.

     Otra operación que se puede realizar en el viñedo, es el raleo de frutos. Esto consiste en desechar eliminando una cierta cantidad de racimos de uvas para equilibrar la cantidad de uva con la superficie foliar. El viñatero también lleva acabo el defoliado o eliminación de las hojas más viejas y fotosintéticamente menos activas, situadas en la base de los brotes, para mejorar las condiciones de aireación e iluminación de los racimos, reduciendo el riesgo de podredumbre y aumentando la maduración de los mismos, especialmente en polifenoles.

     Se ocupa de la fertilización que tiene una función muy importante en la fisiología de la vid, así como también en la calidad y cantidad de vendimia producida. Los grandes vinos proceden generalmente de suelos pobres en compuestos fertilizantes, pero no obstante en algunas ocasiones se hace necesario las correcciones mediante los oportunos abonados o enmiendas del suelo. El riego es otro de los factores más importantes de las tareas a realizar para controlar el vigor del viñedo, debiendo aplicarse únicamente para favorecer el desarrollo cualitativo de las uvas, y nunca para aumentar la cantidad de la cosecha.


     La Bodega Tierra del Huarpe, fija sus comienzos en el 2001, cuando un grupo de emprendedores viñateros, además de hombres de negocios, se autoconvocan con el objeto de aunar esfuerzos y potenciar capacidades para elaborar ellos mismos sus vinos. En el Valle de Tulum, San Juan, Argentina, se encuentran los viñedos propiedad de los socios de la bodega, de donde provienen las uvas que año a año ingresan a la misma para su elaboración. De la más refinada selección de viñedos, destacando las características de los distintos terroirs, nace 7 Viñas, una línea de varietales frescos, jóvenes y frutados.

     7 Viñas Syrah 2016 muestra una carta de colores con rojos  y violáceos  plenos, gran intensidad y matices. Sus aromas dan presencia etérea de vainillas, toques balsámicos de mentas  y algunos recuerdos de confituras. La boca se embelesa con su entrada suave y armoniosa en donde los taninos no presentan filos pero sí estructura. Son redondos, aterciopelados y persistentes, aportando untuosidad y elegancia para un gran final. Un Syrah sanjuanino, en el que siete viñateros conocedores de su origen y camino transitado, llevaron a una sublime expresión.

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